¿Te imaginas una ciudad sin restricciones auditivas para los vehículos?

Sería un caos: máquinas crujiendo de un lado a otro, perturbando la tranquilidad de los ciudadanos.

Para preservar la tranquilidad que todos los ciudadanos nos merecemos, en la revisión técnico mecánica hacemos una inspección auditiva, y verificamos que los vehículos cumplan con unos estándares aceptables.

Vivimos en comunidad, y esto implica que todos nuestros caprichos no pueden ser satisfechos. Si todos tuvieran libre albedrío para modificar sus vehículos, de manera que sonaran como ráfaga de ametralladora, habría gente que no lo podría soportar, especialmente las personas mayores, o aquellos que, por salud, requieren descansar.

Pensando en aquellos individuos que viven con condiciones especiales, nuestra empresa hace una prueba de audición a los vehículos, identificando alteraciones que eleven abruptamente el sonido que los vehículos hacen al acelerar.

El ruido, aunque invisible, puede llegar a tener consecuencias muy negativas a nivel físico. Exponerse a fuentes descomunales de ruido puede provocar alteraciones al ritmo cardiaco, hipertensión arterial, alteraciones gástricas, problemas de concentración, agresividad y disminución del rendimiento.

En nuestra empresa contribuimos a que los ruidos que emiten los vehículos sean aceptables, de esta manera vamos lograr mejorar la calidad de vida de nuestra amada Bogotá.

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