Así funciona un vehículo con gas natural

En este blog hemos aprendido cómo funcionan los vehículos eléctricos y los híbridos, es hora de conocer una nueva opción de movilidad amigable con el medio ambiente y más económica que la gasolina.

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El gas natural es un combustible fósil con varias funciones, entre ellas alimentar motores de automóviles. Existen dos tipos de gas utilizados en la automoción: gas licuado del petróleo (GLP) y gas natural vehicular (GNV), el primero es una mezcla entre butano y propano y el segundo es el gas natural que se usa en algunas viviendas.

Por su parte, el gas natural vehicular (GNV) puede tener dos presentaciones:

  • Gas natural comprimido (GNC): Es la presentación más habitual de este gas, se usa más que todo en automóviles y furgonetas. Su nombre hace referencia a que el gas se encuentra en estado gaseoso sometido a una alta presión)
  • Gas natural licuado (GNL): Aunque su uso es menos habitual que el del GNC, el gas licuado es utilizado en autobuses y camiones. Cuando el gas se somete a una temperatura muy baja, llega a volverse líquido.

El gas vehicular tiene dos ventajas principales que hacen de él una gran opción para los conductores que buscan calidad y economía, la primera ventaja es su bajo costo por kilómetro recorrido, la segunda es que las emisiones contaminantes son mucho menores cuando el motor funciona con gas natural.

El proceso de combustión del gas es muy similar al de la gasolina pues este posee también un alto poder calorífico, por lo tanto lo único que se requiere para que el motor trabaje es la explosión del gas gracias a la chispa que producen las bujías.

El almacenamiento del gas comprimido a alta presión se hace por medio de tanques ubicados bajo los asientos traseros o en el maletero.