Esto es lo que pasa cuando conduces bajo los efectos del alcohol

El alcohol es una sustancia que puede llegar a ser muy engañosa, pues solo un rato después de haber bebido comenzarás a percibir sus efectos. Al comenzar a ingerir alcohol, en nuestro cuerpo se presentan algunos efectos que no pueden mezclarse con la conducción pues el alcohol nos hace olvidar la capacidad de hacer daño además de restarle un poco de realismo a las situaciones por lo que no seremos capaces de realizar esta actividad de manera responsable y segura.

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Cuando se conduce bajo los efectos del alcohol:

la visión lateral se ve alterada por lo que se torna mucho más complicado leer con claridad las señales de tránsito que aparecen en el camino, además se tiene mayor dificultad para distinguir si algún peatón está próximo a cruzar la calle.

La percepción de la distancia también se ve afectada, lo que genera un mayor riesgo de cometer imprudencias al tratar de adelantar a otro vehículo o simplemente cuando es necesario frenar ya que no se puede medir confiablemente la distancia que se tiene con los demás carros.

Otro aspecto que se perjudica al ingerir alcohol es la capacidad de reacción, los reflejos se tornan más lentos por lo que se requiere mayor tiempo para procesar la información que recibimos, en caso de tener que frenar de emergencia o tomar alguna decisión inmediata el resultado sería fatal.

Con alcohol en el organismo, la sensación de euforia aumenta considerablemente, razón por la cual las personas suelen asumir riesgos que en condiciones normales no tomarían, y los conductores toman actitudes irresponsables al volante que los hacen mucho más propensos a causar un accidente.

Tanto el cuerpo como la mente pierden fluidez y capacidad de mantener el equilibrio, además se dificulta mucho coordinar los movimientos y mantener la concentración cuando el alcohol empieza a surtir sus efectos en el organismo.