En nuestra ciudad, podemos pasar de tener una mañana muy soleada a una tarde lluviosa en un abrir y cerrar de ojos, incluso en un solo recorrido podemos encontrar tramos de la vía sobre los que llueve fuertemente mientras que en otros el asfalto permanece seco.

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Conducir bajo la lluvia, es muy diferente que conducir en un día soleado pues cuando el asfalto se moja las condiciones de conducción cambian para todos los vehículos. Es importante tomar ciertas precauciones al conducir bajo la lluvia para disminuir el riesgo de sufrir un accidente por falta de cautela.

Uno de los aspectos más importantes a considerar cuando manejamos bajo la lluvia, es la capacidad de reacción, pues esta se convierte en un elemento vital que puede marcar la diferencia en caso de una emergencia.

La visibilidad del camino se reduce cuando llueve y es muy importante saber reaccionar con rapidez cuando el carro de adelante frena bruscamente, por ejemplo. Para mejorar el tema de la visibilidad, encender las luces es muy útil para lograr identificar obstáculos en el camino, huecos o hundimientos inesperados, así como poder leer las señales de tránsito y ver los próximos movimientos del conductor de en frente.

Además de reaccionar velozmente, es importante aumentar la distancia que se guarda con el vehículo de en frente porque sobre asfalto mojado los neumáticos necesitan mayor tiempo y espacio para detenerse que cuando se conduce en condiciones climáticas óptimas.

Por otra parte, los motociclistas deben evitar conducir con la película del casco empañada y llevar un par de guantes adicionales para cambiarlos cuando se mojen y así poder conducir de forma adecuada sin que las manos se resbalen. Encender las luces y realizar paradas para evitar sufrir calambres producto del frío también son medidas muy importantes para conducir con seguridad.

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