Entre los sistemas más importantes de los vehículos se encuentra el sistema de refrigeración, encargado de mantener una temperatura optima en el motor para que este no se sobrecaliente y sus partes no se dañen.

El termostato hace parte de este importante sistema, es una válvula de metal que cuenta con un resorte montado en una caja de agua que conecta con los conductos de la manguera que sale del radiador, y su función es mantener la temperatura adecuada en el motor que es alrededor de los 90 grados centígrados.

El termostato además regula el flujo de agua o refrigerante que entra al radiador, abriéndose cuando está caliente y cerrándose cuando está frío para evitar que entre en el motor hasta que alcance la temperatura óptima para circular a través de este.

Los tipos de termostato son los siguientes:

 

  • De fuelle: Este termostato está formado por un fuelle de latón en forma de círculo que contiene alcohol en su interior. Cuando el alcohol contenido en este entra en contacto con el refrigerante, la reacción produce que el fuelle se expanda y la válvula reguladora se abre.
  • El de capsula: En este tipo de termostato el alcohol es remplazado por cera, ésta se encuentra en el interior de capsula teniendo contacto permanente con el refrigerante y se expande solamente cuando la temperatura se eleva permitiendo que la válvula se abra para que el líquido circule hacia el radiador.

Averias:

  • Se queda abierto: Cuando la válvula permanece abierta el flujo de líquido refrigerante es constante, impidiendo que el motor alcance la temperatura óptima. Este daño genera mayor gasto de combustible y aumenta las emisiones de gases contaminantes.
  • Se queda cerrado: El refrigerante no logra llegar al radiador y por lo tanto la temperatura nunca desciende, desencadenando el sobrecalentamiento del motor.

 

 

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